MF: Soy hija de arquitecto, creciendo en una vivienda especialmente diseñada por mi padre. Mi entorno y mis aptitudes artísticas siempre me han llevado por el camino del arte y la arquitectura.
Siempre me ha gustado lo que sucede alrededor de ser humano tanto a nivel urbano (tengo título de arquitecta urbanista), cómo se mueve, cómo se relaciona con el tráfico, las zonas de ocio, las zonas verdes, el vecino de enfrente; al igual que lo que le sucede a nivel más cercano, proporciones de una estancia, altura del respaldo de la silla, forma de la sentada, ambientación de la habitación, iluminación, color, estado de ánimo en la vivienda, e igualmente en un lugar público, cómo crear ambiente de fiesta, o de calma, según se dé el caso.
Tematizar un espacio es un bonito reto.
MF: Siempre he pintado y hecho manualidades. Cada fin de semana de mi infancia lo he dedicado a probar técnicas nuevas. Esto me ha llevado siempre a experimentar con variedad de materiales, a tocarlos, a sentirlos, a conocerlos.
Además, siempre me ha gustado el diseño industrial y he querido innovar y experimentar, incluso concursé haciendo una lámpara con un huevo de avestruz.
Desde mis comienzos en el mundo laboral he tenido la oportunidad de realizar reformas de interiorismo y este hecho ha ido creciendo hasta la actualidad que me dedico casi al 100% a ello. Es de agradecer que tanto mi padre, como iniciador, o mis superiores posteriores hayan apostado por mi imaginación. Ha sido de crucial importancia la apertura de mente de los promotores de las obras, pensando que el diseño era un punto de valor en su negocio.
MF: Consigo fuentes en muchos frentes. Soy observadora y retengo mucho a nivel visual. Las performances, la pintura, la fotografía, la naturaleza, una obra de teatro, una película, un azulejo, un tejido, no hay que cerrarse a nada.
Cada proyecto requiere un nuevo pensamiento, una nueva historia, y las fuentes se van focalizando para un lado u otro según las necesidades de este. En un proyecto podría ser una tachuela de una chaqueta y en otro la toquilla de una fallera o en otro una cometa gigante.
MF: Mi trabajo constante, mi búsqueda incesante de nuevas ideas, de crear nuevas experiencias. Me gusta sorprender, hacer algo diferente a lo que estamos acostumbrados. Esto me sucede a nivel personal, siempre busco nuevos caminos por donde llegar al objetivo.
MF: Llegar al objetivo del promotor y del cliente final, sorprenderle, que tenga un recuerdo de dónde ha estado y la experiencia que ha vivido en el lugar diseñado. Que se meta en la historia creada y la viva. Y, cómo no, innovar y superarme.
MF: Lo nuevo, sobre todo. Cada proyecto es un nuevo punto de partida para una historia fantástica. Si además el proyecto es en equipo mejor, así todos nos nutrimos de las opiniones de los demás y el proyecto se convierte en una bonita lucha hacia un objetivo común.
MF: Tuve la oportunidad de colaborar en la creación del hotel Ushuaïa Tower y el hotel Hard Rock de Tenerife. Ambos hoteles tienen un cliente que quiere pasarlo bien y quiere ser sorprendido dentro de un ambiente de locura.
Fue muy divertido y una experiencia gratificante a nivel personal y profesional.
MF: En primer lugar, que el promotor entienda que es el Interiorismo es una de las claves de su negocio, que no se trata de poner una lámpara sino de crear un ambiente. Mi condición de arquitecta me lleva a pensar siempre en el conjunto de la envolvente, sus instalaciones, su normativa, al mismo tiempo que has de crear un ambiente adecuado a cada reto.
Me gusta tratar el espacio de manera global, pensando desde el inicio el tipo de iluminación, de ambientación, el negocio que se produce en este espacio.
Una vez convencido el promotor, la segunda cuestión difícil es crear el ambiente adecuado para que el cliente consiga sentir la experiencia objetivo.
MF: Primero destacaría a la empresa Beltá Frajumar por la iniciativa de promover este concurso y promover el buen diseño.
En el concurso había mucho talento, y este talento muchas veces queda escondido porque no hay oportunidad de sacarlo a la luz.
Dar la oportunidad de reunir a jóvenes diseñadores con marcas de iluminación, de vinilos, de alfombras, etc, junto con diseñadores consagrados y empresarios del sector me pareció un gran aporte a nuestro sector.
BF: ¿Qué es lo que más valoras de Beltá Frajumar?
MF: Su gente, sus trabajadores, su buen ambiente. Me encuentro en equipo cuando trabajo con ellos.
Valoro mucho la opinión de sus profesionales, y el ánimo y alegría con la que se lanzan a un nuevo reto.
Además de sus diseños propios de mobiliario, cabe destacar su capacidad de llevar a la realidad todos los muebles creados por nosotros los diseñadores y llegar hasta el último detalle.
¡WOW!
MF: El premio fue dado por la reforma de un hotel Marriott que realizamos junto Fraile Project, hotel que había perdido su rango, y conseguimos que volviera a ser abanderado por la marca, todo un reto.
Fue el primer proyecto en nuestra carrera en solitario después de haber colaborado en varios estudios, por lo cual la alegría fue inmensa.
Esto ha hecho ponerme a mí y al estudio que formo junto a Antonio Albaladejo en una posición importante, a la vista, dentro de los estudios españoles.
MF: Pues después de esta crisis sanitaria y financiera parece que empiezan otros proyectos nuevos.
Me gustaría poder seguir en la línea de los hoteles divertidos y locos, donde la creatividad tiene su máximo valor y volver a trabajar con un gran equipo donde compartamos ideas y sonrisas.
MF:El premio vino sumergido en una pandemia y crisis financiera, por lo cual el bombazo que podría haber supuesto el anuncio de este premio Hostelco y conocer a personas relacionadas con el mismo en la fiesta de entrega de premios se desvaneció.
Este año ha servido para seguir aprendiendo (ya he conseguido mi segundo máster en interiorismo), para plantear el futuro, el camino a seguir, para concursar, y ampliar colaboraciones. También ha servido para reflexionar sobre ciertos temas del diseño que ahora han sido tocados por el virus: materiales, recorridos, horarios, nuevas experiencias, confluencias, convivencias. Le hemos sacado el lado positivo a lo negativo.
MF: Los animaría a pensar más allá, a reflexionar sobre el ser humano y su comportamiento y a conseguir crear nuevas experiencias capaces de hacernos disfrutar y abrir la mente.
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