La propuesta de este Hotel-Boutique no ha pasado desapercibida. Este concepto de hotel se caracteriza por su particular servicio y diseño. El hueco en el segmento dejado por las grandes cadenas hoteleras está siendo aprovechado por este tipo de establecimientos que siguen un determinado estándar. Son establecimientos, por lo general, independientes de las grandes cadenas hoteleras, dispuestos a ofrecer estancias relajantes en ambientes íntimos y muy personalizados. Los hoteles-boutique buscan un estilo y carácter propio. Todo un reclamo de ambiente moderno, servicio personalizado y diseños sofisticados destinados a públicos exigentes.

En esta innovadora propuesta se tiene al agua como valor vertebral de la idea. En Cristal de Agua, Sandra González se inspira en formas geométricas para generar composiciones diferentes.
El agua es representada en forma de multitud de patrones: en maderas, tejidos y celosías. Además de esta representación, encontraremos simetrías en revestimientos, que recuerdan el efecto espejo que producen las grandes superficies de agua. En la decoración hay una cuidada selección de piezas con formas orgánicas, esculturas de peces y plantas acuáticas, que hacen del proyecto un escenario perfecto para el relax y la desconexión.